El pasado 11 de julio a las 20:30 horas, con la que estaba cayendo, se disputó esta carrera urbana de 5100 m en la que hubo participación Ave Fénix: Óscar González, uno de nuestros más jóvenes miembros, y Manuel Amaro, quien firma esta entrada, un recién llegado al club con muchas ganas de quemar kilómetros.
A pesar de lo corto del recorrido, la carrera es de las más duras del circuito provincial. Consta de dos vueltas y media a un recorrido que presenta una cuesta de casi 1 km. Es decir, que hay que subir la puñetera cuestecita dos veces y media, para alegría de nuestros gemelos.
En los primeros kilómetros corrimos juntos Óscar y yo, decididos a tirar del otro cuando las fuerzas flaquearan.
Pero después de la segunda subida, la bajada era insuficiente para recuperar fuerzas, y me descolgué unos metros de Óscar. Por suerte para los corredores, la organización se portó estupendamente, y la gente del pueblo no sólo se tiró a la calle para animar sino que sacaron sus mangueras para refrescar a los corredores y no se cortaban en ofrecer agua que los más pequeños llenaban en vasos de plástico.
En estas fotos nos podéis ver sufriendo al final de la última subida. Se me olvidó referir que por si se nos pasaba por la cabeza terminar con un buen sprint, la llegada era en alto, con las piernas hechas chicle.
Como buenos pajarracos duros de pelar, conseguimos coronar puerto tres veces y llegar a meta en una posición muy digna. Yo con un tiempo de 22:07, en la posición 106 de la general, a una media oficial de 4:19 el km...
Y Óscar siguiéndome de cerca, con un gran 22:27 en la posición 116, con una media de 4:23 el km...
Lo mejor de la tarde-noche es que Óscar consiguió subir al segundo puesto del cajón en su categoría, dejando bien alta la bandera del Ave Fénix. ¡Felicidades, campeón!
Una carrera dura pero bonita. Y es que no me cansaré de decirlo: lo que más luce en las carreras es el calor de la gente y los detalles de la organización, que no se cansó de avituallar a los corredores (a pesar de la corta distancia), y tuvo a bien regalar en meta una bonita camiseta técnica conmemorativa.
Habrá que repetir..., pero para el año que viene, este que escribe tiene que entrenar algo más las cuestas.