Juanma Bellón | 29/09/2011
Suena el despertador. Ricardo Abad se pone las zapatillas y corre una maratón. Después, una ducha y se marcha a la fábrica Fagor de Tafalla donde trabaja como jefe de planta. Si le viene mal, hace la maratón por la tarde. Pero este navarro lleva sin faltar a su cita con los 42.195 metros 364 días y este sábado, en Madrid, batirá el récord Guinness cuando realice 366 maratones seguidas y supere al belga Stefaan Engels (llegó a 365).
Riki, como le conocen sus amigos, es un tipo alto y fuerte (1,90 m-81 kg) que apenas lleva cinco años corriendo. "Yo siempre hice ciclismo y competí en aficionados y Masters, pero no me quería morir sin correr una maratón y en 2006 debuté en San Sebastián. Aparqué la bici, y empecé a completar maratones. En 2009 hice 150 seguidas. Y el 1 de octubre de 2010 viendo la historia de Engels, me planteé hacer 366 seguidas", comenta Riki, que ha decidido ir más allá y llegar a las 500 maratones el próximo 12 de febrero.
Sus recorridos los suele hacer, solo o acompañado, por el asfalto o los caminos de Tafalla, su ciudad, porque en ningún momento, al contrario que Engels, ha querido profesionalizar su hazaña. "Mi reto era compaginar una maratón diaria con el trabajo y mi vida familiar (tiene una niña). Demostrar que con sacrificio se pueden conseguir muchas cosas", prosigue Abad, que suele aprovechar los fines de semana y puentes para "romper la rutina" y hacer los 42.195 metros en otros lugares. "En los 500 días me gustaría haber recorrido las 50 provincias".
Abad, que en pruebas oficiales suele bajar de las tres horas, confiesa haber pasado momentos duros durante su reto, como cuando tuvo que invertir 6h 54 en hacer una maratón. "Tenía una gastroenteritis y lo pasé fatal. Iba casi de lado. Es lo malo, que no puedes fallar ni un día", afirma Riki, que como tradición posa con un diario al fin de cada jornada
Riki, como le conocen sus amigos, es un tipo alto y fuerte (1,90 m-81 kg) que apenas lleva cinco años corriendo. "Yo siempre hice ciclismo y competí en aficionados y Masters, pero no me quería morir sin correr una maratón y en 2006 debuté en San Sebastián. Aparqué la bici, y empecé a completar maratones. En 2009 hice 150 seguidas. Y el 1 de octubre de 2010 viendo la historia de Engels, me planteé hacer 366 seguidas", comenta Riki, que ha decidido ir más allá y llegar a las 500 maratones el próximo 12 de febrero.
Sus recorridos los suele hacer, solo o acompañado, por el asfalto o los caminos de Tafalla, su ciudad, porque en ningún momento, al contrario que Engels, ha querido profesionalizar su hazaña. "Mi reto era compaginar una maratón diaria con el trabajo y mi vida familiar (tiene una niña). Demostrar que con sacrificio se pueden conseguir muchas cosas", prosigue Abad, que suele aprovechar los fines de semana y puentes para "romper la rutina" y hacer los 42.195 metros en otros lugares. "En los 500 días me gustaría haber recorrido las 50 provincias".
Abad, que en pruebas oficiales suele bajar de las tres horas, confiesa haber pasado momentos duros durante su reto, como cuando tuvo que invertir 6h 54 en hacer una maratón. "Tenía una gastroenteritis y lo pasé fatal. Iba casi de lado. Es lo malo, que no puedes fallar ni un día", afirma Riki, que como tradición posa con un diario al fin de cada jornada
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