martes, 8 de mayo de 2012

CRONICA DE LA CARRERA POPULAR VUELTA A LA CASA DE CAMPO (MADRID)

A petición de nuestro amigo y compañero Jose Mª Robles, me permito la licencia de poner mi nombre a este tan magno articulo, que conste que esto lo ha escrito todo un profesional del atletismo y de la comunicación. 
Un imponente tigre blanco aguarda al final del repecho del km 14. Es casi mediodía y desde lejos ya se oía rugir a las fieras del zoo de Madrid. Por suerte, el felino en cuestión parece dormitar en su jaula, indiferente a los pobres diablos con ropa de colores que trotan, bufan y apuran el último tramo de la popular Vuelta a la Valla de la Casa de Campo. Yo, entre ellos.

Solo por ese fugaz instante de acercamiento a la naturaleza salvaje, y por la impagable ruta a través del corazón verde de la capital, por supuesto, merece la pena tanto sufrimiento. Me lo repito a mí mismo a la entrada a meta, en mi debut como miembro en el exilio del Club de Atletismo Ave Fénix de Marmolejo... y tras mi peor carrera como runner aficionado.

Ni los dos maratones que he llegado a completar, ni las diferentes medias (eterna la de 2008 en el circuito de F1 en Valencia), ni tan siquiera la muy vertical en su parte última París-Versalles se me habían hecho literalmente tan cuesta arriba.

16,5 k=1h45. Nefasto registro, resumo en el iPhone en el metro que me lleva a la redacción. Dos días después, siento como si Joe Pesci se hubiera ensañado con un bate de béisbol en mis cuádriceps. Permanezco de pie a riesgo de que algún pasajero se apiade y me ofrezca uno de los asientos reservados. Podría pensar que me he olvidado las muletas...

La carrera sigue disputándose en mi cabeza. Los primeros kilómetros, alegres, de reencuentro con la competición. Los primeros desniveles (ese "Mortirolo" en boca de todos como un asesino invisible). El barro. La falta de entrenamiento. Los adelantos. La botella de agua como espejismo. El ritmo de supervivencia.

Conseguir acabar es un acto de fe. De penitencia. De reafirmación. Incluso de solidaridad con mis compañeros en la distancia. Por mí pero también por ellos, no me rindo. Exprimo al máximo mi camiseta azul y sigo adelante. El coche escoba puede esperar. Habrá más carreras, por descontado. A este ave fénix todavía no le hace falta resucitar.
La prueba del delito

3 comentarios:

  1. Un magnifico articulo de un magnifico atleta!!! Jose me quito el sombrero!

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  2. Buenisima entrada si señor y es que últimamente no veas como estáis poniendo el nivel tanto en escritura como en Atletismo puro y duro y es que como le dije a Jose en su dia por facebook los resultados son lo de menos y las sensaciones la verdad que si que hay que intentar encontrarse con ellas pero si un dia no salen ya saldrán en la próxima!!! Lo unico es ponerse e intentarlo!!!!un abrazo ave fenix!!!!

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  3. Que nivel macho, se queda uno una semana sin meterse en internet y se pierde uno peazos de articulos. Y como dice nuestro ave fenix los resultados son lo de menos, lon importante son las personas!!!!!!, y las carreras son como la vida misma, en un momento estas abajo y al siguiente en lo mas alto!!!!. Pero siempre queda el espíritu Ave Fénix!!!!!!!

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